Con poco tiempo en dedicación profesional a este trabajo llamado música, te das cuenta de que todo el trabajo no es un fin, si no, una etapa de desarrollo, un camino que no tiene pistas de descanso, que te obliga a permanecer En Ruta.
Hace exactamente un año, recuerdo estar nervioso con la boca seca (como anécdota, fue un día particularmente caluroso para la época) y las manos temblorosas, afinando los detalles en el escenario más importante que había pisado en mi vida y precisamente para mi primer gran concierto en la vida. Sería la presentación del primer disco de mi carrera.
La producción del evento la habíamos organizado al detalle, las canciones estaban, los textos del guion del show también, las cajas con los discos físicos (CD) llegaron ese mismo día en la tarde, estaba acompañado de un grupo de personas excelente que me entregaban plena confianza en que todo saldría bien.
Como siempre ocurre, nunca sabes qué pasará con la gente, si llegarán al evento, si les gustará lo que se había preparado, si debemos cambiar una canción por otra a último momento, dejar claro el plan B el plan C u otro en caso de que algo ocurriese. Daba lo mismo, ningún plan que se te ocurra por los nervios, inseguridad o ansiedad, debe ser modificado a lo previamente ensayado.
Y así como lo recuerdo ahora, con tantos detalles que no vale la pena agregar a este texto, ya es historia. Ya al paso de un año, me sucede todos los días lo mismo que la mañana siguiente a ese miércoles 14 de diciembre del año 2016. El deber de seguir trabajando en cimentar ese disco recién lanzado, en cuidar a la gente que nos había dado todo su apoyo y cariño e invitar a más a que se unan a nosotros, en estudiar más cada día para lograr afinar los detalles que la experiencia recién vivida nos había enseñado, buscar nuevas fechas de presentaciones y asumir el compromiso de hacer carrera, no por mi persona, sino, por todos quienes están empujando conmigo y a quienes como músicos nos debemos. Aprender que la música es un trabajo de metas constantes, en donde nunca llegarás al final de un camino, solo pasas a marcar hitos. Mal que mal, el aprendizaje es lo único que queda, los éxitos siempre serán pasajeros.
Y, ¿cómo nos vemos hoy? El futuro siempre tendrá más sorpresas que certezas, pero de algo hay que estar seguro, la tinta sobre el papel no se ha secado aun, y las cuerdas las seguimos afinando constantemente, nada se detiene. Hoy como ayer, seguimos En Ruta.